Por tu salud…¡Saca la lengua!
El color de la lengua es un indicador de nuestro estado de salud
La lengua en un estado normal tiende a ser rojiza-sonrosada, no está ni muy seca ni excesivamente húmeda, mantiene una movilidad normal, tiene unos puntitos más evidentes en la parte posterior que corresponden a las papilas gustativas y puede estar cubierta por una película a modo de capa fina y blanquecina constituida por saliva, producciones bacterianas y algo de restos de alimentos. Esta capa desaparecerá con un simple cepillado normal que incluya una limpieza de nuestra lengua.
Cuando percibamos que nos ha cambiado el color de la lengua deberemos recordar si hemos ingerido algún alimento que haya podido provocar ese cambio de pigmentación o, en su caso, algún medicamento como antibióticos ya que éstos cambian la flora bacteriana que hay en nuestra boca y pueden dotar a la lengua, por ejemplo, de un color amarillento.
Pero sin que haya agentes externos, por el color de la lengua y por algunas otras alteraciones podemos detectar qué patología tiene o puede estar incubando una persona:
– Si la lengua es blanca lo más probable es que se deba a una gastritis aguda o subaguda. Tener la lengua blanca, en la mayoría de los casos, suele deberse a una falta de higiene que provoca un incremento de la flora bacteriana. Pero es cierto que a veces puede ser la consecuencia de problemas estomacales o incluso de otras complicaciones más serias que hay que tratar con un especialista. También pueden reflejar deshidratación.
– Si la lengua se pone amarilla hay que pensar en un problema biliar; que hay reflujo al estómago o bien que el hígado está dañado provocando ictericia, aunque previo a percibirla a través de la lengua se habrá detectado por las mucosas, principalmente en nuestros ojos.
– La lengua roja y especialmente brillante habitualmente reflejan una infección, generalmente en los niños, con frecuencia provocada por infecciones de faringe y amígdalas.
– Las lenguas geográficas, llenas de surcos y grietas, evidencian una patología provocada por exceso de ácido gástrico o por enfermedad por reflujo.
– Una lengua muy marrón puede ser sintomática de patología en el colón.
– Una lengua muy pálida puede orientarnos hacia problemas de anemia.
De ahí que cuando acudas a tu revisión bucal con el especialista… ¡no te olvides de sacar la lengua!